LA LANZA ROTA
y guardó el lienzo
bajo el mostrador.
Aceptamos aquellos centavos
para iniciar el viaje por la noche,
adentrándonos con las polillas
en bares a media luz.
ardían las mesas,
las historias de cada uno
eran el combustible para esas hogueras.
y mi alma esa noche
en El Galindo junto a la jarra de pipeño.
a descifrar la vida que no conocíamos,
a darnos la mano ya borrachos
y decirnos; amigo, compañero.
no compartiríamos otra jarra
en las mesas encendidas,
que te habías ido con tus sueños,
que también eran los nuestros,
llevándote también tu clandestina identidad,
tu escondida actividad de combatiente.
cuando la noche se apagaba temprano
y aún no despertaba la ciudad a la bohemia.
a la conversación sin mordaza,
a perseguir un sueño diferente
en donde la identidad ya no es reserva.
en ningún boliche.
Ya no me siento ante una jarra
sino que frente a un buen vino,
“El Galindo” murió hace años
cuando cambió de dueño
y el Barrio Bellavista ya no es de artistas
sino de traficantes y prostitutas.
se han marchado a otra vida,
la que nos espera en algún tiempo
y entonces
la descifraremos, acaso…
A "Monito" joven soñador Lautarista. Murió en un combate. Acribillado, quedó tendido en el camino.
POEMA INCLUÍDO EN LA ANTOLOGÍA "EL LUGAR DE LA MEMORIA"
Poetas y Narradores de Chile, Editorial AYUN, 2007.-
Marcelo Lira Segovia, páginas 168-169.
1 comentario:
Saludos desde la periferia lejana, gracias por invitarnos a conocer tu espacio. Visita tú el nuestro también:
poesia-periferia.blogspot.com
A seguir creando y pensando...
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